El día del estreno

      He decidido inaugurar el blog contando lo que prometía ser uno de los momento más emocionantes de mi corta vida como mamá y acabó siendo un "por favor que esto termine cuanto antes" : La función de fin de curso de la escuela.

      La nena tiene ahora mismo 14 meses y soy consciente que tampoco podía esperar gran cosa de este momento, pero oye era la primera representación suya que iba a ver, llevaban preparándolo dos semanas y yo que queréis pero ya estaba emocionadísima y deseando que llegase este día.

     Fuimos a la escuela (corriendo) y esperamos fuera entre la multitud de padres que intentaban coger el mejor sitio para ver el escenario improvisado que habían preparado las profes en la entrada, incluso echamos unas lagrimillas después con el discurso de fin de curso tan emotivo de la Directora. Y llegó el momento, entramos dentro para ver la actuación estelar de los enanos que nos estaban esperando en clase. Allí estaba la mía sentada en la alfombra junto al resto de compañeros, que según vió entrar a tanta gente explotó y se puso a llorar, eso sí sin moverse del sitio… pero no a llorar como cuando se cae, no no no, se puso a berrear  desde el minuto uno … y yo pensé, se callará cuando la profe empiece a cantar… pues no .. .aumento más el volumen del lloro y fue el hilo musical durante toda la representación. Nosotros sentados en las minisillas, que no podíamos agacharnos más, no sabíamos si saludarla para calmarla o rescatarla en plan padres coraje.. al final optamos por esconder la cabeza para que nadie nos relacionara con la niña chillona que estaba acaparando todo el protagonismo y no les dejaba escuchar las canciones al resto de padres.

     Pero es curioso como una vez que acabó todo,  contemplando esa imagen de ella berreando inconsolable con sus  lagrimas y sus mocos por toda la cara,  la vi preciosa y me salió una sonrisa enorme, me sentía la madre más orgullosa del mundo. Y apunto estuvo de levantarme y empezar a aplaudir por la pasión que puso en su actuación!!!

     Y para más recochineo, cuando llegamos a casa le cantamos las canciones de la función y la jodia se puso a bailarlas todas como le habían enseñado… no si es que cuando no le da la gana hacer algo no hay quien pueda con ella!